Se trata de un estudio egocéntrico sobre cuidadores principales del enfermo de Alzheimer, debido a que la sobrecarga de tareas los convierte en víctima oculta de la enfermedad, se hace necesario el uso de su capital relacional, a través de un programas de reactivación y ampliación de la red, lo que implica la identificación de sus elementos en el ámbito informal (familia, amistades y vecindario) y en el formal (servicios institucionales públicos y privados).
La aplicación del cuestionario-inventario de Terán-Trillo, arroja como datos principales: un aumento de hombres (31%) en esta tarea, lo que representa un cambio importante, ya que era un ámbito feminizado. La mayoría se encuentra entre los 40 y 60 años de edad y están casados. Su red esta integrada principalmente por familiares directos, destacando el apoyo de hermanas y hermanos (40%); el 94% de enfermos cuenta con seguridad social. En todos los casos la red social del cuidador beneficia directa o indirectamente al enfermo.
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